TITANIC: “La película más grande de la
historia”
Titanic es una de las pocas
películas de las que puedes mencionar casi cualquier momento al azar y todo el
mundo alrededor entenderá la referencia. Se
trata de un hito generacional no solo porque fue famosa, sino porque todo el
mundo recuerda lo que sintió al verla y con quién estaba cuando lo hizo. Tal y
como concedió el crítico Roger Ebert, "utiliza
arquetipos, pero tiene sentido, no te gastas 200 millones de dólares para
reinventar la rueda". Titanic nació con la ambición de ser
la película más grande jamás filmada. Y lo era, realmente lo era.
¿A qué se debe el éxito de Titanic?
1.
Titanic se
tomó la molestia de contar
una historia íntima con una sensibilidad nada habitual.
· Las
víctimas del naufragio no parecen extras de fondo para impresionarnos, se
comportan como individuos por cuyas cabezas están pasando mil pensamientos.
· A
lo largo de las dos horas anteriores vimos: la mujer que explica a su hija que
han de esperar a que los de primera clase suban a los botes primero, la pareja
que muere abrazada en la cama, el compañero de Jack que acaba siendo disparado
por un oficial o ese mismo oficial pegándose un tiro en la sien a continuación.
2. El creador no iba a darnos a una
mojigata damisela en apuros. Rose
Dewitt Bukater empieza la película acorralada, y Jack se
comporta como un héroe romántico de manual: la salva de un intento de suicidio
y se la lleva de fiesta. Pero desde el momento en el que
Rose le pide a Jack que la pinte con el diamante, es
ella quien agarra la película y no la suelta.
3. A pesar de su espíritu clásico y atemporal, sabemos que estamos ante una
película de los 90 porque:
· Se muestran senos, quizá las más
famosas de la década.
· Jack y Rose se admiran y se
protegen, pero también se sienten muy atraídos.
· Es cuestión de tiempo que den
rienda suelta a su fuego en la parte de atrás de un coche, un orgasmo culminado
con una mano golpeando el vaho de la ventanilla que todos hemos imitado alguna
vez en el espejo de nuestro baño.
·
La Rose anciana recuerda su posado como "el momento más erótico de
toda mi vida". Y de la nuestra, Rose. Y de la nuestra.
4. Titanic no es un drama social, pero
sí propone un discurso de clase nada sutil. Porque
una película no consigue ser la más taquillera de la historia andándose con metáforas.
Un trasatlántico resulta el escenario ideal para retratar los contrastes entre
clases.
5. Hace
casi veinte años, y todavía percibimos el olor a recién pintado. El cerebro del
espectador sabe que lo que está viendo es una réplica, pero a efectos
prácticos, resulta imposible no creer
que estamos viendo el Titanic real porque:
· Titanic no se disfruta con el
cerebro.
· La
obsesión de James Cameron por recrear hasta el máximo detalle esa vajilla que
nunca había sido usada y esas sábanas en las que nadie había dormido es lo que
hace que Titanic resulte abrumadora.
Hoy, una
película como Titanic no
podría existir. Se
trata de una historia original con principio y final, de tres horas y cuarto de
duración, y contada sin cinismo alguno. Hoy el barco sería digital y los
salones pantallas verdes, y por muy convincente que resultasen, nuestros ojos
se darían cuenta. Tampoco existen dos actores jóvenes que puedan aportar el
fervor adolescente (Leonardo DiCaprio) y el prestigio artístico (Kate Winslet).
Titanic habría sido un fenómeno en cualquier época de la historia, pero
solo podía haberse rodado en 1997. Resulta irónico que, para
criticar la arrogancia del ser humano, James Cameron gasto 200 millones de
dólares en hacer una película de Hollywood.
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Hecho
por Stacey Maldonado.
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